martes, 28 de octubre de 2014

Lapso

Ya anochece temprano, y la tarde se parece demasiado a echar de menos.
Luces de Navidad en octubre se burlan de la aparente lejanía de las vacaciones.
De cualquier modo, sin haber digerido del todo los polvorones me sorprenderé
agitando el bote de crema solar.

¡Y entre la estampida de relojes, domingos y amaneceres ocurren tantas cosas...!
Me he perdido esa mirada,  estaba ausente en el último abrazo, creí que
muchas veces hablaríamos de aquello.

Si no te escuchaba quiero que me lo repitas. Pero repítelo de verdad, no imites,
no me hagas como el tiempo.
Que cuando dicen que alguien vuelve no vuelve,
que se presenta con barba o con chaqueta, con el ceño fruncido
y los dientes muy blancos. Y yo no entiendo nada.

Tras contemplar el minutero me agarro a tí
para transformar la niebla en experiencia,
las despedidas en historias,
cada uno de nuestros pasos, en vida.

L.C.

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