miércoles, 13 de marzo de 2013

De los porqués (II)

¿Te has preguntado alguna vez si necesitas tantos miedos?

El miedo es excelentemente ambiguo. Siendo en algunos contextos de una utilidad suprema, en otros muchos no solamente es inútil, sino que nos confunde y nos daña, nos perjudica y nos acota.

Comprueba cuánto de lo que temes te ha presentado razones para ello.
Analiza cuáles de tus miedos te han protegido, y cuáles te han ayudado a llegar más allá.
Realiza una división entre los legítimos y los plenamente fútiles.
Agrupa esos últimos y mándalos a la mierda.


Cuidado: Ocurre que algunos los fortalecen negándolos.
Como  digo, una ambigüedad fabulosa.


Simplemente, no dejes que vuelvan. Y no vuelven.



L.C.

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