Si pudiéramos acumular la cantidad total de JAJAJA... de mensajes de texto, mails y redes sociales escritos sin que su autor modifique en absoluto su gesto real, crearíamos el espacio de falsedad más terrible y despiadado imaginable.
Si nos planteamos un uso honesto de la palabra escrita en torno a nuestra realidad personal, cambiaría por completo asimismo la metafísica del emoticono, y su número de apariciones -por descontado-.
Entre todo el ruido mediático, la verdadera sonrisa suele ser más cercana a la tecla de apagado que a la de "enviar".
L.C.
"la naturaleza crea infinitos tipos de humanos, pero el hombre, desde su origen, solo ha inventado media docena de caretas" Eduardo Mendoza
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