Al final te das cuenta de que reservar el tiempo y organizarlo no es un fin en sí mismo,
ya que cuando se es feliz se escurre entre los dedos, y eso es lo que todos deseamos en realidad.
Si las horas giran en torno a lo que se ama, no son nunca suficientes.
pero el contenido de un segundo puede trascender cualquier barrera temporal.
Pensaba hoy que no estudio rutinariamente mis horas diarias: busco el encuentro conmigo mismo con método y desde cada mañana, a través de lo que más me gusta hacer.
L.C.
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