martes, 31 de enero de 2012

***

[...] Y allí estaba él, sentado en un banco en un andén en el que no tendría por qué estar, como si poseyera todo el tiempo del mundo para él, o para nada.

Cuando llegó el tren habían pasado dos horas y media.
No sabía muy bien lo que pensaba, ni tan siquiera lo que sentía al verla al otro lado de la ventanilla, a tan sólo unos metros de distancia después de todo.

Entonces se apresuró hacia ella, y cuando estaba a punto de avisarla se dio la vuelta,
recordando que las mayores cosas que se pueden hacer por alguien,
son aquellas que no salen nunca a la luz.

L.C. ( Infinito, 2011)

2 comentarios:

  1. Estas muy profundo luis... Deberia preocuparme?

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  2. La profundidad no es algo que tenga que preocupar, si no estás en el mar..
    Además, esto está escrito hace tiempo ;)

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