No trates de explicar lo que te acontezca de una forma ajena a tus facultades cognoscitivas, ni a tu personalidad en general.
es fácil quejarse y culpabilizar, y lo complicado es responsabilizarse.
Llegarás a "tu verdad"
si te atreves a encontrarte contigo mismo,
y descubrirás cuánto te equivocas y cuánto llegas -sin saberlo- a traicionarte.
Y ojalá un día dejes de tenerte miedo,
porque entonces comprenderás que no temes a nada en el mundo. Sólo a tí mismo.
Como estamos condenados -¿o liberados?- por nuestras percepciones,
conócete para llegar a elegirlas,
y elegir así quién ser.
L.C.
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